Hoy al abrir mis ojos me percate de que me encontraba en un lugar que no conocía, el ambiente esta lleno de colores que había visto antes y un aroma perforaba mis pulmones constantemente; era sutil y algo dulce, un tanto familiar; no estaba seguro de si debía confiar en mis sentidos ya que todo era tan anormal.
Una tibia brisa abrazaba mi cuerpo dándome una sensación de comodidad, esta me arrastraba a lo largo de este lugar mágico donde no habían caminos.
Escuchaba voces muy familiares, las voces de mis amigos, las voces de mis familiares que me llamaban. A pesar de que todo estaba lleno de luz no parecía lastimar mis ojos… pero de pronto todo cambio. Sentí como si me atraparan dentro de un contenedor caliente, tenía mucho calor y me costaba mucho trabajo respirar, empezó una comezón que mas que molesta era dolorosa. Cerré los ojos intentando concentrar todo ese dolor para no desmoronarme en miles de piezas.
Un sonido desgarro mis oídos y me percate de muchas voces gritando a mi alrededor, en esta ocasión no conocía a estas personas, escuchaba cosas como –abran paso-, -déjenlo respirar-, -despejen el área-. No estoy seguro que pasó en las últimas horas pero nunca olvidare el sentimiento…
Ahora estoy sentando viendo hacia la ventana en este lugar al que los demás llaman “Hospital”, descubrí que la prisión de antes era mi propio cuerpo y aquello sentimientos eran el siempre dolor de ser humano. Extraño los colores y las brisa de ese majestuoso lugar….
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